Cuando el campo andaluz llevaba ya mucho tiempo dando muestras y signos evidentes de que no podía esperar más, resulta que el Gobierno de Mariano Rajoy todavía no tenía claro si era bueno rebajar el número de peonadas de los eventuales del campo. Esperaron hasta el último momento,  no fuese a ser que alguien creyera que estaban escuchando a los trabajadores y trabajadoras del campo, y a partidos como el PA, donde desde mucho tiempo atrás habíamos planteado también la cifra de las veinte peonadas.  Los andalucistas exigimos una nueva reforma agraria y una nueva Política Agrícola Común que recupere el aspecto social de la política agrícola, que ponga como clave la agricultura local y regional. Una política proteccionista que asiente a los ciudadanos en el mundo rural y que evite el abandono posterior de los cultivos y terrenos. Que defienda la agricultura familiar y el desarrollo rural protegiendo los intereses autóctonos.