Una sanidad pública de calidad debe estar basada en primer lugar en el respeto a los profesionales sanitarios y en su implicación en la toma de decisiones y organización. Los profesionales son los verdaderos conocedores del sistema y los que más pueden aportar para que nuestra Sanidad sea excelente en calidad.

Una sanidad pública de calidad debe cumplir los principios de Igualdad y Universalidad. También debe de estar cimentada en la prevención y promoción de la Salud y para ello debe contar con una Atención Primaria sólida y fuerte. 

Una sanidad pública de calidad tiene que prever y garantizar la asistencia eficaz y eficiente de los pacientes crónicos. También debe garantizar el acceso a técnicas y terapias innovadoras. Y por supuesto una sanidad pública de calidad tiene que apostar por la investigación.