¿La unión hace la fuerza?
En los Estados Unidos de América, los responsables de su administración pública miran atónitos lo que está ocurriendo en Europa. Recientemente he podido participar en varios actos con personas relevantes y coinciden en señalar un factor común: en tiempos en los que hace falta un protagonismo europeo en muchos asuntos mundiales, en un momento en el que países emergentes están irrumpiendo con enorme fuerza e influencia en el mapa político internacional (China y Rusia, pero también Brasil, por ejemplo), Europa está desaparecida, ausente y perdiendo fuerza debido a su complejidad interna.
La Unión Europea de 27 países no está consiguiendo ser el actor internacional que debe ser. Lo que acaba de ocurrir en Ucrania -por no hablar de Siria- demuestra su decreciente capacidad de influencia. Los países emergentes se alinean en los BRICs e incluso proponen instituciones alternativas de gobernanza mundial. Y mientras tanto Europa está inmersa en procesos secesionistas y en desacuerdos internos.
Desde luego, la unión hace la fuerza. Y la deriva de Europa va a tener consecuencias muy dolorosas sobre sus naciones, es decir, sobre su población. Tiempo al tiempo.
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