No hay que eliminar el Senado, hay que adecuarlo a la realidad territorial de España
Creo que a la democracia, lo que no le sobran son cámaras parlamentarias. Dicho esto, nuestro Senado se hizo pensando en las provincias y no en las Comunidades Autónomas. Por ello, necesita una profunda reforma que dé legitimidad territorial a su composición y que haga que el Senado sea determinante en cuanto a las leyes de incidencia autonómica (leyes de bases, financiación, etc…) en las fases ascendente y descendente de la Unión Europea, nombramientos de órganos constitucionales… El Senado debe ser la cámara donde las Comunidades Autónomas participen en la conformación de la voluntad del Estado, especialmente en materia legislativa. Sin duda, deberá reducirse el número de senadores. El Estado de las autonomías es un estado complejo, federal, y desde mi punto de vista necesita una reforma que profundice en el federalismo. Pues bien, no hay ningún estado federal en el mundo que no tenga dos cámaras. El Congreso debe representar a los ciudadanos desde la unidad y el Senado a los ciudadanos desde la diversidad.
Abolir el Senado sería tanto como renunciar a una pieza fundamental para impulsar las potencialidades de la construcción territorial que dibujó nuestra Constitución. Nosotros creemos, además, en que es el momento de profundizar en una apuesta federal, que supere las disfunciones observadas y profundice en contribuir a la interiorización de las diferentes identidades territoriales que conforman nuestro país, y en todo ello el Senado, reformado, debe jugar un papel muy relevante como espacio de expresión de la diversidad territorial y de superación,desde la normalidad, de las tensiones que ella, a veces, supone; apostando, claramente, por la cohesión social y territorial de nuestro país, mediante el ejercicio de la función de una buena coordinacióny colaboración de las autonomías y el Estado.
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