No se trata de que todos vivamos descalzos o con alpargatas, sino con zapatos
Juan Carlos, aquí no se trata de que todos vivamos descalzos o con alpargatas, sino con zapatos. Si, ya sé que la sociedad de consumo nos incita a adquirir abalorios absolutamente innecesarios que al año están obsoletos o descacharrados.
Bien, pero es un problema de libertad. Si no lo quiero comprar, no lo compro. Pero tengo que tener la libertad de esa opción.
En relación con ese tercer mundo que aludes, lo que habría que hacer es dedicarse a que estos países tengan el mínimo imprescindible: sanidad, educación y ayudas sociales. Y eso es responsabilidad de este primer mundo que debería dirigir su mirada, su acción, sus políticas a estas necesidades y que la juventud tuviera la obligación de completar su formación viajando , viviendo y ayudando con políticas implementadas, en nuestro caso, por la Unión Europea.
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