Una Constitución es un marco de relaciones de todo tipo y ha de ir adaptándose a unos tiempos cambiantes
Efectivamente, los menores de 56 años no tenían edad para haber votado aquella Constitución de 1978 nacida tras indudables equilibrios y superada una muy cruel dictadura, teniendo como se tenía en aquel momento, parte del aparato de aquel régimen intacto.
De la pregunta se colige si estaría bien iniciar su reforma y la respuesta es SI. Las Constituciones están hechas para el hombre y no el hombre para las Constituciones. Es decir, las sociedades cambian, aparecen nuevas formas de convivencia y una Constitución que es un marco de relaciones de todo tipo ha de ir adaptándose a unos tiempos cambiantes.
Y es preciso recordar que cuando se aprobó en 1978 la Constitución española, el estado no era miembro de la Unión Europea. Y hoy lo es.
Tampoco su capítulo territorial quedó aprobado a satisfacción. Por presión militar se facilitó un proceso que no era demandado salvo por Catalunya, Euskadi y Galicia, con el fin de no singularizar en estas tres autonomías históricas un autogobierno solo solicitado por ellas. El resto se sentía muy a gusto con su identidad española y no pedían más.
Treinta y ocho años después se ha visto que no se resolvieron adecuadamente estas tres peticiones y se crearon 17 autonomías cuya financiación es imposible y cuyas competencias duplican otras.
Por todo esto y por mucho más, se exige una revisión de la actual Constitución.
Compartir