Lo primero hay que dejar claro que cuando vienen y cuando se van o cuando vuelven los votos son patrimonio exclusivo de cada persona. 

Los proyectos de IU y Podemos son diferentes. Hay coincidencias en cuanto a indignación, lucha contra la corrupción y transparencia pero diferencias muy claras en cuanto a modelo de estado (hasta la fecha no tienen), propuestas económicas ( se van centrando), propuestas sociales ( vaivenes con la renta básica, sus propuestas de conciliación que han indignado a los colectivos feministas), su concepto de que las grandes familias financieras tienen mucho que aportar ( nosotros hablamos de crear un sistema público financiero y meter mano a la banca comercial) etc etc. 

IU encuentra su coherencia y las metas a alcanzar en los principios, y que, precisamente, una de las causas de la desafección que muchos ciudadanos sienten por la política proviene de la absoluta falta de principios que han practicado algunos en su gestión.

A IU no se le puede criticar de ambiguos, somos de izquierdas y lo decimos. El momento que vivimos exige solidez ideológica y un proyecto claro para Euskadi.

Humildemente creo que representamos la decencia y las ideas y asegura que al día siguiente de ganar unas hipotéticas elecciones o de ser oposición haremos lo imposible para hacer cumplir lo que decimos  que vamos a hacer: blindar a las familias frente a los abusos de las grandes corporaciones y la banca. 

En Euskadi estamos construyendo una alternativa, no solo electoral, junto a Equo y Alternativa Republicana, además de muchos independientes. Creo que esta unidad de la izquierda política, social y de la ecología política alternativa va a dar mucho que hablar en Mayo y en las autonómicas del 2016. Podemos tiene su papel en el cambio pero el cambio no se hará con un solo actor sino con el trabajo colectivo de mucha gente y ahí, en el cambio IU es la garantía de un cambio real para las personas, un cambio de izquierdas para una Euskadi de la clase trabajadora.