Somos contrarios a ese proceso, creemos en la sanidad pública y estamos convencidos de su viabilidad técnica y económica
Además, pensamos que el proceso emprendido no está guiado por criterios de mejora de la calidad médica o de la gestión, sino por el deseo de desviar los recursos públicos a un sector privado con ansias lucrativas y notables vinculaciones con el partido del gobierno.
Defendemos un modelo de sanidad pública que garantice un servicio de calidad a toda la ciudadanía. El modelo de sanidad público español tiene una altísima calidad y es un referente en Europa pero también hay aspectos que pueden mejorarse con la suficiente voluntad política y el compromiso de todas las partes que intervienen en este proceso (profesionales, gestores, políticos):
- La gestión territorial del servicio de asistencia como consecuencia de las distintas competencias autonómicas y que es una de las causas de elevación del coste del sistema. Unificar los Servicios de Salud con las CC.AA Castellanas limítrofes y la elaboración de un Catálogo Único y Común de prestaciones.
- Acabar con la masificación y deterioro de la calidad del servicio como consecuencia de la concentración de la asistencia en macro recintos hospitalarios. Articular una red de centros de especialidades y hospitales comarcales planificados en base a criterios técnicos que produzcan la desmasificación de los centros de referencia, la mejora de la asistencia al paciente y una modernización del modelo de asistencia.
- Acabar con el descrédito a ejercer la carrera médica en centros fuera de los hospitales de referencia o en el medio rural. Los incentivos económicos actuales, deben complementarse con incentivos de carácter profesional, aspectos de reconocimiento profesional y unos criterios de rotación que favorezcan la aceptación de estos destinos.
- Profundizar en políticas de prevención y promoción de prácticas saludables apostando por la Atención Primaria próxima al ciudadano. Frente a la profunda medicalización, a la hospitalización, al abuso de productos farmacéuticos y a la implantación de tecnologías fuertemente invasivas, que encarece el Servicio de Salud, complica su gestión, eleva su coste y deteriora la calidad de vida de los pacientes.
Un saludo
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