Premiar por multar es considerar infractores a todos los malagueños
Estimado Honorio:
He leído esas noticias y no puedo sino decir que me resulta inconcebible incentivar a los trabajadores del SARE, o a la Policía Local, con complementos de productividad basados en un incremento del número de sanciones efectuadas.
Centrándome en la pregunta que me haces, ese premio me lleva a plantearme varias cuestiones. La primera, si la efectividad de las personas que controlan el uso correcto de las plazas de estacionamiento del SARE es mayor cuando se sanciona más o cuando todos los usuarios cumplimos con nuestra obligación gracias a su labor preventiva. Mi opinión es que se trata de lo segundo.
En segundo lugar, esa incentivación parece implicar que los empleados del SARE sólo sancionarán si se ven premiados por ello. Dicho de otro modo, si no reciben ese incentivo, ¿no realizan parte de su trabajo que consiste en emitir la sanción? No creo que les falte esa profesionalidad, pero asumiendo que pudiera darse algún caso en que así ocurriera, existen otros modos de hacer cumplir a cualquier persona, en su puesto de trabajo, con sus obligaciones.
Al respecto de esta cuestión, en UPyD Málaga ha tenido un grupo de trabajo que ha tratado específicamente el concepto y las consecuencias de toda sanción administrativa emitida por parte del Ayuntamiento o de alguna de sus empresas, como es este el caso. Y nos ha llevado a varias conclusiones que desarrollo a continuación.
Consideramos que las multas y sanciones no pueden constituir una partida de ingresos ordinaria, puesto que significa que debe cubrirse, y de ese modo se parte de la premisa de que si los malagueños cumplimos con nuestras obligaciones los trabajadores encargados de la imposición de sanciones pierden un concepto de productividad o bien se ven obligados a hacernos incumplir las ordenanzas para poder recaudar la cantidad presupuestada (no quiero ni pensar que, para conseguirlo, nos impongan sanciones de forma injustificada). Por tanto, asumiendo que no todos seremos cumplidores, y que ello conducirá a la emisión de sanciones, la recaudación por este concepto debe siempre considerarse como ingreso de carácter extraordinario.
Sumado a esto, entendemos que la máxima efectividad no se consigue cuando se recauda más por sanciones, sino cuando no se cometen infracciones. Por ese motivo, queremos cambiar el concepto de productividad, controlando por empresas independientes el número de sanciones que se comete, de manera que, independientemente de las cantidades recaudadas, el objetivo sea reducir las irregularidades cometidas, lo que conduce a una mayor convivencia.
Dicho de otro modo y como resumen: potenciar la acción preventiva, concienciar a todos los malagueños sobre el cumplimiento de las normas que nos hemos dado democráticamente para una mejor convivencia, y evitar que el Ayuntamiento tenga la tentación de considerar las sanciones una fuente de ingresos.
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