Es imprescindible reformar el Reglamento de Participación Ciudadana para garantizarla.
Estimado Francisco:
Si algo han demostrado los últimos años es que el interés de los malagueños en la actividad municipal ha crecido cada día. En los últimos meses, gracias a la ruptura del modelo bipartidista y la ampliación de la oferta política, ese interés ha sido aún mayor. Sin embargo, en Málaga la participación no está garantizada debido a la poca utilidad de la normativa que la regula. Le explicaré nuestra propia experiencia para ilustrarlo.
UPyD ha intentado participar en todos los órganos que el Ayuntamiento dispone para que a los malagueños se nos escuche. En algunos de ellos, nos hemos encontrado con una predisposición abierta, casi ejemplar, mientras que en otros poco menos que se nos ha vetado. Dicho de otro modo, hemos tenido que contar con la gracia o el favor de quienes dirigen los distritos municipales para poder realizar la tarea que, de no representar a un partido político, habría sido vista como normal.
Como bien dice, concebimos esos órganos como el espacio para escuchar y resolver problemas. Si bien nuestros vecinos han planteado las cuestiones que les preocupan, hemos comprobado como en muchos casos no se aportaban soluciones a sus peticiones, o se ha tardado meses en hacerlo, cuando en la mayoría de los casos se trataba de aportación de información. Consideramos que quince días es un plazo más que razonable para responder cualquier cuestión que un malagueño plantee, y así lo proponemos en nuestro programa electoral.
Igualmente, proponemos la reforma del Reglamento de Participación Ciudadana para garantizar que a cualquier colectivo o persona a título individual se la atienda y escuche con plenos derechos, independientemente del distrito en el que viva o del tipo de colectivo al que pertenezca. Sin trabas de ninguna clase. Y eso debe incluir la participación directa en el Pleno del Ayuntamiento. Siempre es posible encontrar el cauce que permita esta implicación ciudadana en la mejora de Málaga.
Por otro lado, estoy de acuerdo con esa concepción de herramienta de los partidos políticos. Si no sirven para canalizar las preocupaciones de cualquier persona que se las haga llegar, son inútiles. Pero observamos que en el Pleno los partidos no son herramientas, sino justo lo contrario: se emplea a los colectivos y problemas particulares como arma de propaganda de cada grupo municipal, restando mucho sentido a las reivindicaciones legítimas de las personas que han creído que su presencia en el Pleno del Ayuntamiento servía para una mejor solución de sus problemas.
En resumen, para mejorar la participación hace falta creer en ella. En nuestro caso, llevamos defendiéndola desde que nacimos, y por ello seguiremos trabajando en el futuro.
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