Hace muchos años apoyé y defendí la creación de los primeros centros sociales ocupados en Madrid, por ejemplo Argumosa. 

Pude comprobar que de forma pacífica, estudiando bien el centro para evitar hacer un perjuicio a su propietario y cuidando mucho la integración en el barrio, se llevaron a cabo un gran número de iniciativas libres, abiertas y muy participativas no solamente en el ámbito cultural, sino tambien en el debate y la participación política y social.

Es verdad que en algunos de esos centros, posteriormente, se llevaron a cabo actuaciones que usaban como argumento la violencia y que afectaban a terceros; llegando al ejemplo más extremo en el que en Madrid se promueve un centro de extrema derecha. Son los menos y desacreditan estas iniciativas.

Yo sigo viendo muy positivo que las personas se organicen, transformen espacios sin uso, desarrollen servicios, debatan, den capacidad a otros,... 

Una transformación en esa línea muy acertada y que me gusta mucho son los huertos urbanos. He podido ver bastantes de llos en Madrid y Barcelona y son una gran actividad social y urbana.

Gracias.