¿Qué opinas de la campaña en contra del referendum de los medios españoles?
Desde que se inventó la imprenta la libertad de prensa es la voluntad del dueño de la imprenta. Esta frase que escuché pronunciar, en una entrevista, a Rafael Correa, podría servir muy bien, apreciada Isabel, para dar respuesta a tu pregunta.
No voy a ser yo quien ponga en tela de juicio la labor de los periodistas que deciden la forma de los contenidos a difundir por los medios para los que trabajan. Al fin y al cabo, no debemos olvidar que todos los medios de comunicación tienen una línea editorial propia, elegida libremente, y que los profesionales a sueldo de estas empresas deben ceñirse, en mayor o menor medida, a ella.
La línea que divide la opinión pública de la opinión publicada es inmensamente estrecha y, a menudo, el receptor de esa información puede verse en la no siempre fácil tesitura de tener que distinguir entre una cosa la otra.
Pero, como me parece intuir en tu pregunta, a nadie se le escapa la intencionalidad de algunos cuando difunden medias verdades, cuando no auténticas mentiras.
Frecuentemente hemos podido escuchar como muchos “creadores de opinión” hablan sobre el fenómeno conocido como “bottom-up”, en referencia a la reacción de las bases de la ciudadanía para provocar ciertos cambios de actitud por parte de los gobiernos. Nadie pone en duda el papel del movimiento 15M para explicar el auge de formaciones como Podemos o CUP, en el caso de Catalunya. Pero esos mismos creadores de opinión, en demasiadas ocasiones, ignoran el caso de “bottom-up” producido en Catalunya cuando decenas de miles de ciudadanos salieron a la calle para reclamar un nuevo modelo de país molestos por la actitud del Tribunal Constitucional respecto a un Estatut apoyado en referéndum por todos los catalanes. Esa fue la gota que colmó el vaso, el auténtico punto de ignición del proceso que se está viviendo en Catalunya. Ese fue el mensaje que escucho el president Mas y que, reiteradamente, ha ignorado el presidente Rajoy, de la misma forma que ha sido ignorado por buena parte de los medios de comunicación guiados por una línea editorial marcada por quien, no solo se resiste a los cambios, sino incluso se resiste a hablar sobre ellos.
Ignorar esa realidad y reducirla a un supuesto empecinamiento de algunos políticos catalanes no deja de ser un ejercicio de manipulación de la realidad con fines perversos y, lo que es peor, una falta de respeto a los lectores, radioyentes y telespectadores.
A todos nos queda el consuelo de saber que hay quien, como tú, no se limita a creer lo que escucha, sino que analiza el mensaje desde su independencia de pensamiento y, partidario de una u otra opinión, reconoce la existencia de distintas sensibilidades que no tenemos porque compartir, pero que siempre debemos respetar.
Gracias por tu interés, Isabel.
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