Buenas Isabel, por desgracia, el proceso de gentrificación que describes brevemente, es bien conocida en las ciudades de nuestra Comunidad porque habitualmente se ha vinculado la rehabilitación de los barrios con la expulsión de los vecinos y vecinas que los habitan.

Si existe voluntad política es posible revitalizar barrios deprimidos garantizando que quienes ya viven ahí no se vean en la obligación de trasladarse a otras zonas de la ciudad. Sin restarle complejidad a este objetivo, existen dos políticas fundamentales que permiten combatir la gentrificación -como sinónimo de expulsión de población y no tanto con el carácter más o menos de moda de los comercios que se implanten-:

- Garantizar precios accesibles de la vivienda y los locales, ya que este es uno de los elementos principales que precipita la expulsión de los vecinos y las vecinas.

- Planes participativos de rehabilitación urbana, para conocer las necesidades y las limitaciones de la población del barrio para combinar las reformas (que permitirán renovar el barrio) y no gentrificar la zona.

Sin duda es un tema complicado de abordar y que requiere conocimiento, escucha e imaginación política. Si queréis informaros con mayor profundidad, os propongo un par de lecturas -muy densas, advierto- que mi compañero Isidro López siempre recomienda sobre esta materia: el cásico "La nueva frontera urbana" de Neil Smith y el recopilatorio de Traficantes de Sueños "El mercado contra la ciudad. Globalización, gentrificación y políticas urbanas"