Mire Usted, la transparencia es total; quizás Usted no lo conocía pero es público desde hace muchos años, y me remito a la hemeroteca. Yo en su día decidí ejercer mi libertad contribuyendo a hacer un mundo mejor luchando por la libertad de Euskal Herria comprometiéndome desde joven, en los últimos años del franquismo, con mi militancia política abertzale y progresista. De la misma manera, también en su día ejercí mi libertad para contribuir también a un mundo mejor siguiendo, como los primeros cristianos, como un laico corriente, a Jesucristo. De la misma manera que he ejercido mi libertad para contribuir, por ejemplo en el ámbito cultural, a la difusión del euskara a través de una asociación que ha puesto en marcha e impulsado Euskaltegis.

Creo que esta muy equivocada en su aseveración de que milito en dos ambientes tan opuestos. Milito en un ambiente político abertzale y progresista, de izquierdas, que no es ateo, sino laico, es decir que separa ambos ámbitos desde el respeto a las creencias o no creencias de cada persona. Si se entiende lo que es la libertad se comprende perfectamente que la laicidad en positivo no tiene nada que ver ni con el nacional-catolicismo ni con el nacional-ateismo. Las creencias o no creencias de cada persona, al igual que las identidades nacionales, ni se pueden prohibir ni se pueden imponer, se deben respetar.

Y desde luego, nunca he militado en el ambiente de la conservadora derecha española o nacionalista en Euskadi.