Nosotros queremos ser un partido de mayoría. Vamos a trabajar para ganar las elecciones y poder gobernar en solitario. Ese es nuestro objetivo, ya que creemos que es la mejor forma de conseguir hacer las reformas institucionales necesarias para la regeneración democrática del país y la lucha contra la corrupción. Unos cambios imprescindibles para que no acabemos pareciéndonos a países como Argentina, donde la corrupción institucional y el clientelismo campan a sus anchas, lo que ha limitado su crecimieto económico y la igualdad y libertad de sus ciudadanos, por décadas. 

Si en las próximas elecciones no ganáramos pero fuéramos decisivos, nos regiremos por los mismos criterios. Nosostros no queremos cargos. Nosotros queremos que se lleven a cabo políticas que desarrollen las principales ideas de nuestro programa electoral. El apoyo de UPyD se basará en el programa de Gobierno que se proponga, no en quién lo proponga, Por eso, no pactaremos nunca un acuerdo de gobierno con un partido que no esté dispuesto a luchar decididamente contra la corrupción y el clientelismo y que tenga a personas corruptas en sus filas.

A mi juicio, en España, tanto el PP como el PSOE están a otra cosa: a defender el bipartidismo, el statu quo y a tapar sus responsabilidades en los graves casos de corrupción institucionalizada que les salpican. Creo que va a ser díficil que alguno de los dos quiera cambios radicales para mejorar el país y que es muy probable que acaben pactando entre ellos. En Asturias, ya lo hemos visto. El PSOE ha preferido pactar con el PP a reformar la Ley electoral. Luis de Velasco, el portavoz de UPyD en la Asamblea de Madrid, lo explica muy bien en este artículo: Del bipartidismo a la gran coalición. Te recomiendo leerlo.