Apostar por medidas novedosas y solidarias: desde puente a la jubilación a renta básica
Estimado Edmundo, de verdad que soy consciente del dramatismo de tu situación, el desempleo de los jóvenes y la expulsión del mercado de trabajo de las personas mayores de 50 años, son dos problemas/dramas humanos que ponen de manifiesto por un lado la indefendible reforma laboral que flexibilizo el despido, aún en empresas sin pérdidas” y por otro el fracaso estrepitoso de las políticas activas de empleo de este gobierno, que más allá de abaratar los costes empresariales del trabajo, no sirven para dar oportunidades a las personas que tienen más dificultades para acceder a un empleo digno.
Me parece insoportable para cualquier ciudadano, tener que aguantar, que a pesar de que se conoce esta situación, se haya suprimido por el Partido Popular (reforma 2012) el subsidio para mayores de 52 años, incrementando la edad de acceso a los 55 años y que se utilice hasta la saciedad el debate de la necesidad de tener carreras de jubilación más largas para garantizar el sistema de pensiones, cuando lo que se sabe que está pasando es que estamos en un mercado laboral en el que cada vez se entra más tarde y expulsa más pronto.
Y además creo que el problema que planteas no responde a un momento coyuntural sino que se ha convertido en un mal endémico de nuestro mercado de trabajo, provocado en parte por la globalización y cada vez más por la digitalización de la economía, que si bien es imparable y necesaria para incrementar la productividad, nos lleva hacia una sociedad donde el desempleo tiende a crecer por un efecto de sustitución de trabajadores y trabajadoras, sobre todo en personas situadas en tu franja de edad.
En este horizonte, creo que hay que ser capaces porque para eso debe servir la política de plantear medidas novedosas y solidarias:
Hay que plantearse el reparto del trabajo asalariado, por lo que la disminución de las horas de trabajo, con salarios negociados en función del reparto de la productividad, es una demanda que tiene que pasar a primer plano. En nuestro programa por una Nueva Socialdemocracia, proponemos como un primer paso, ir hacia a la jornada de 35 horas antes de 2020.
Me parece que debe valorarse con seriedad alguna de las medidas que mencionas como la propuesta de los sindicatos de un “puente a la jubilación”, para aquellos trabajadores que no van a encontrar trabajo, o el “Plan de rescate a la vida digna” medidas que pasan por garantizar unos "ingresos dignos" hasta la edad de jubilación para los mayores de 55 años en paro, uno de los colectivos que presenta mayores dificultades para encontrar empleo, y que esto no comporte, una vez alcanzada la jubilación, mermas importantes en las pensiones.
Desde luego recuperar el desempleo para mayores de 52 años.
Potenciar prejubilaciones para personas mayores de 55 años, pero no para favorecer a las empresas que han usado en muchos casos este instrumento para sustituir plantillas “por otras más baratas”, a cargo del Estado, sino tuteladas por el gobierno que debe incorporar fórmulas por las que se financie una salida digna del mercado laboral a miles de trabajadores de más de 55 años en los sectores más castigados por el endurecimiento de la competencia global y el desempleo, articulándose a la vez con políticas activas de empleo y con el fortalecimiento del mecanismo del Convenio Especial con la Seguridad Social para mantener el nivel de cotización, que es una de las claras reivindicaciones de los sindicatos.
Es inevitable valorar la pertinencia de fórmulas relacionadas con una Renta Básica Universal, iniciativa popular, ya apoyada en el Congreso o con un Ingreso Mínimo Vital como defendía en su programa el Partido Socialista.
Hay que establecer con seriedad, sea cual sea su denominación, la viabilidad de un sistema de Transferencias Fiscales en el que se fije un objetivo de renta mínima para todos los ciudadanos que estoy segura que es posible, cambiando el discurso ya que lo que tenemos en este país no es un problema de “gasto” sino de ingresos, garantizando un derecho a percibir de la Hacienda Pública una transferencia relacionada con la diferencia entre los ingresos anuales que sean menores (sean éstos por trabajo, subvenciones, etc…) y ese mínimo garantizado por persona.
Defender la evolución hacia una Renta Básica no supone renunciar al papel del trabajo humano como elemento básico de la realización personal. Existen muchos trabajos con utilidad social que difícilmente tendrán una valoración de mercado, y que deberán ser compensados con esa renta básica, del mismo modo que otros muchos trabajos con utilidad social deberían ser creados o reconocidos, valorizados y dignificados en el propio mercado, creando fórmulas para que esto sea posible.
Te aseguro que trabajaremos por cambiar de verdad situaciones como la que sufres, que tendemos a asumir como si no hubiera ninguna solución, cuando de un pequeño análisis vemos que soluciones posibles existen y que lo único que se hace por un gobierno ya agotado es apelar al déficit y a una falsa recuperación del empleo que no se está produciendo.
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