Está es una pregunta complicada, no por la intención de UPyD, la cual se posiciona de una manera clara en la vía de reducir la presión fiscal, sino por expresar una contestación convincente que se aleje del “Vamos a bajar los impuestos” que a  los partidos les gusta entonar en elecciones.

Actualmente la presión fiscal en La Rioja y en Logroño es significativamente alta, aun cuando el PP presente La Rioja como una de las Comunidades con menor presión fiscal por comparación con otras.  Esto no es cierto, pero aunque lo fuese, en términos absolutos insisto en que tenemos una presión fiscal excesiva. Máxime con las 50 subidas de impuesto del gobierno de Rajoy, quien ahora nos vende una rebaja que aun con todo deja los tipos impositivos más altos que cuando entró en 2011, algo similar a lo que hace Pedro Sanz en La Rioja. El aumento de impuestos y tasas ha supuesto para los logroñeses y los riojanos una traba más de las tantas puestas por el gobierno del PP. A una economía en recesión el aumentarle los impuestos, tanto directos como indirectos, le supone una asfixia económica importante, sobre todo en los impuestos indirectos como el IVA.

A nivel de La Rioja nuestra intención es reducir en la medida de lo posible la carga impositiva con el fin de que los riojanos disfruten de más dinero disponible y con ello impulsar el consumo. La medida estrella en este aspecto sería rebajar el tramo autonómico riojano del IRPF lo máximo posible, con la intención de mantenerlo así la legislatura entera, y no como pretende Pedro Sanz, quien anunció algo similar y mucho me temo que tenga fecha de caducidad de 1 de enero de 2016.

En Logroño tenemos la firme intención de reducir impuestos en líneas generales, pero ante todo el IBI, que si bien no está en porcentajes máximos, ha supuesto por medio de la revisión catastral del  gobierno un gran incremento en la factura de los logroñeses. Pero no solo tenemos pensado reducir impuestos sino también tasas municipales que son las grandes olvidadas dentro de los tributos, y la herramienta de los malos gobernantes para recaudar más ante la necesidad de cubrir servicios básicos que han convertido en deficitarios.

Pero es fácil simplemente señalar que se van a bajar los impuestos, y sería mentir el señalar que todo esto no puede traer consecuencias negativas como la reducción de ingresos, aun cuando estos se recuperasen a la larga vía consumo. Por eso esta reducción de  la presión fiscal, que en principio haría descender los ingresos, debe ir acompañada de políticas de reducción de gasto e impulso económico para con ello conseguir salir de la dinámica de endeudamiento en la que estamos estancados actualmente. Esta reducción de gasto ha sido defendida y definida por UPyD en varias ocasiones pero lo resumiré en tres puntos.

Primero, reducción de gastos superfluos (Aeropuerto, coches oficiales,  Consejo Consultivo, asesores, duplicidades y un largo etc) y algo muy importante, la renegociación de contratos y control de precios de compra. Digo que es muy importante porque dentro del capitalismo de amiguetes al que estamos acostumbrados los contratos se han cerrado por precios mucho mayores a los de mercado con el objetivo de favorecer a ciertas personas, ya que como pagaba el Ayuntamiento, a nuestros gobernantes no les importaba. No hay más que recordar los informes a este respecto del Tribunal de Cuentas.

Segundo, apuesta por el mantenimiento de obras ya construidas y reducción de obra de nueva construcción y obras faraónicas.

Y tercero, lucha contra la corrupción y el fraude fiscal.

Con estos puntos se conseguiría reducir el gasto público y aumentar la recaudación supliendo la merma de ingresos vía impuestos esperada para los primeros años de legislatura, y teniendo la capacidad de cubrir las necesidades sociales básicas de los ciudadanos riojanos y logroñeses.