Hace ya dos años, enero de 2013, que el Partido Andalucista preguntaba al entonces presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, si había influido la presencia del expresidente del Gobierno y exsecretario general del PSOE, Felipe González, en la decisión sobre el almacenamiento de gas natural en la zona del Parque Nacional de Doñana. Tengo que recordar que González fue desde 2010 consejero de Gas Natural y ejerció, hasta poco antes de los hechos como presidente del Consejo de Participación del Espacio Natural de Doñana. Por lo que creo muy difícil que los andaluces y andaluzas no se hicieran la misma pregunta y, sobre todo, que no veamos la figura del expresidente González como el ejemplo de lo que puede suceder con las puertas giratorias. Dos años más tarde, el proyecto de almacenamiento tiene concedidas varias declaraciones de impacto ambiental por parte del Ministerio de Medio Ambiente, mientras que la Junta de Andalucía no lo ve así y le ha pedido ya en distintas ocasiones que vuelva a evaluar el impacto, así como la intermediación de la Comisión Europea. Nos preocupa mucho la maraña legal y burocrática, que todavía se puede prolongar, y lo queremos son garantías y certezas para nuestro Parque Natural de Doñana.