El simple hecho de proponer la explotación de una mina de Litio a 3 km de un núcleo urbano, con el impacto ambiental y sobre la salud de las personas ya es una locura. Hacerlo, además, a puertas de una ciudad patrimonio de la humanidad no se entiende por ningún lado.

Es necesario parar este proyecto de mina. Y, en general, la ofensiva extractiva que está sufriendo nuestro país, con proyectos de minerías altamente impactantes, mientras se abandonan los tejidos productivos tradicionales y no se apuesta por modelos económicos que revaloricen la activdad y los recursos. 

Para ello, no solo hay que parar la mina de litio de Cáceres y el resto de proyectos que se sugieren en otros territorios. Es preciso abordar una nueva ley de minas que la traiga al siglo XXI  y responda a nuevos criterios de sostenibilidad y respecto a los territorios, a quien en ellos habitan y a la salud,