La corrupción es el más temible enemigo de la democracia. Cuando surgen casos aislados la respuesta penal, si es rápida y contundente, puede ser útil. Pero en situación actual, con centenares de casos que salpican a todos los partidos que han tenido responsabilidades de gobierno en los últimos años la actuación de la justicia es una solución completamente insuficiente. Se pueden cambiarlas leyes, y así se está haciendo, se pueden pedir excusas por los errores cometidos a la  hora de elegir a dirigentes o candidatos que finalmente han resultado ser unos ladrones, y también se ha hecho, pero ninguno de esos pasos es por si mismo para que los ciudadanos recuperen la confianza en sus dirigentes y las instituciones.

Credibilidad es la palabra clave. Quienes nos dedicamos a la política por vocación debemos, ante que cualquier otra cosa, recuperar la confianza de los ciudadanos en quienes queremos representar. Sólo así es posible que cada una de las medidas concretas pueda servir para reforzar a la sociedad frente a quienes pretenden abusar de sus posiciones. No hay otro camino para invertir la tendencia y hacer de esta profunda crisis política una palanca que nos permita salir fortalecidos como sociedad. La corrupción pone en manos de los enemigos de la democracia un poderoso instrumento de desestabilización, ése es el principal peligro al que nos enfrentamos ahora. Y solo actuando con firmeza y transparencia, sólo siendo completamente leales con quienes nos han otorgado su confianza, será posible superar la situación.

En el marco de todo lo anterior es como puedo abordar la pregunta. Ninguna medida aislada es una respuesta suficiente, pero sólo viendo el conjunto de medidas propuestas podremos formarnos un juicio.Os copio el link a un artículo reciente en el que Esperanza Aguirre expuso su propuesta ( http://esperanza.ppmadrid.es/seis-medidas-para-luchar-contra-la-corrupcion/ ). Allí se habla de reforzar a los jueces, cambiar la legislación de contratos, modificar normas electorales, etc. El compromiso del Partido Popular en la lucha contra la corrución está llegando mucho más allá, y el paquete de iniciativas presentadas el pasado jueves en el Congreso de los Diputados por Rajoy no tiene precedentes en nuestro país. 

Lo que el Partido Popular piensa sobre la transparencia lo hemos demostrado con la primera ley de transparencia aprobada en España, una ley que el gobierno socialista anterior reiteradamente prometió y jamás aprobó. Dentro de unos días se constituirá el Consejo creado por la ley, y en pocas semanas estará en funcionamiento el Portal de Transparencia desarrollado por el Gobierno en los últimos meses. Nunca antes los ciudadanos habrán tenido un acceso tan amplio, profundo y sencillo a un volumen tan amplio de información sobre los cargos y sus patrimonios, sobre los gastos y contratos de las administraciones, sobre objetivos y resultados de cada una de las políticas, etc. 

Las audiencias que organizó el PP de Madrid para presentar a sus nuevos candidatos no garantizan nada por si mismas, es evidente, pero deben ser valoradas como un intento más - tal vez ni el más útil ni el mejor elaborado - por recuperar la confianza de todos.