El presidente Nicolás Maduro no estuvo en la última Cumbre latinoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno de Veracruz del 7 de diciembre. Tampoco el embajador de Venezuela reside en Madrid ya que  el gobierno venezolano retiró a su embajador a raíz de la reunión del presidente Rajoy con la esposa del líder opositor encarcelado Leopoldo López. No pueden ser, por tanto, peor dichas relaciones.

Pienso que no debería ser España, sino que Europa debería tener una política exterior común en relación con el gobierno de Nicolás Maduro. Venezuela  tiene un régimen autoritario, sin libertad de expresión, con persecución a los disidentes, con presos políticos, con sus  tiendas desabastecidas, con una inflación galopante, con 25.000 muertes al año, y  ha pasado de ser un país puntero en América a estar en su cola. Ante esto, al enfermo no se le puede tratar de manera individual sino colectiva, y esa política debe ser europea no solo española.