Tenemos muy claro en Izquierda-Ezkerra que la democracia delegada no es suficiente. Hay que convertir la democracia delegada en una democracia participativa y radical, hay que poner en marcha instrumentos de empoderamiento de la ciudadanía, hay que garantizar que el poder y la decisión están de verdad en el pueblo en vez de een las manos del poder económico o de sectores privilegiados de la sociedad.

Para ello hay que regular y aplicar las consultas directas y vinculantes a la ciudadanía sobre temas relevantes (grandes infraestructuras, decisiones políticas trascendentes...), procesos revocatorios de cargos públicos, derogación de leyes mediante referendums, presupuestos participativos...

Para empezar proponemos que reformemos el amejoramiento para aprobar estos procedimientos.