La corrupción es un cáncer contra la política, contra los partidos políticos y contra la propia democracia. Nos deja sin argumentos, nos aleja de los ciudadanos y debilita nuestras instituciones y nuestro sistema democrático. Como usted comprenderá, ni he conocido actividades de este tipo, ni hubiera dudado en denunciarlas. Lo contrario sería, además, un delito.
Y no, todo el PP no está salpicado por la corrupción. Casos de corrupción hay en todos los partidos políticos. Yo vivo en una Comunidad Autónoma donde se han registrado los mayores casos de corrupción de la historia de la democracia (ERE, cursos de formación, Invercaria, fondos jeremie, etc) y ninguno de ellos ha estado protagonizado por mi partido, sino por quienes gobiernan Andalucía desde hace 34 años, que no son otros que los socialistas.