Claro que sí, Amalia, ¿Cómo no iban a serlo? De hecho con todas las dificultades que nos hemos encontrado en Carcaboso, con una oposición absolutamente destructiva que pretendía dinamitar cualquier proyecto desde su inicio, si aquí hemos conseguido desarrollar una parte importante de nuestro proyecto qué no se podría hacer en aquellas localidades en las que haya una mayor colaboración de todos los grupos políticos.

Las medidas propuestas para Carcaboso, que son las que desde Extremeños queremos trasladar a todas y cada una de las localidades de nuestra comunidad autónoma, no se limitan a un espacio restringido como pueda ser mi pueblo. Al revés, son la puesta en marcha de un modelo transversal que será mucho más efectivo cuanto más se extienda por las localidades del entorno.

La apuesta por los circuitos cortos de comercialización, por la economía circular, por las redes de apoyo mútuo y por las cooperativas de vecinas y vecinos tendrán una mayor eficiencia cuanto mayor sea a su vez su aplicación. Es necesario que esas redes crezcan mostrando una oferta global de los recursos y capacidades de nuestra tierra y que estas permitan un mayor asentamiento y, por tanto, combatan el pertinaz despoblamiento que sufrimos en nuestros núcleos rurales.

La cesión de terrenos, la creación de estructuras participativas y la generación de espacios para compartir y colaborar nos pueden hacer más competitivos ante un mercado feroz que lo que pretende es asfixiar nuestros pueblos para generar una dependencia absoluta.

Para ello necesitamos una amplia implantación local. En la actualidad Extremeños cuenta con 96 concejales y concejalas en toda Extremadura y 11 alcaldías, tras la pérdida de dos ante las malas artes del PSOE regional, que se ha apoyado en quien ha podido para ganar sendas mociones de censura en Alagón del Río y Aldeacentenera para irse posicionando de cara a las próximas elecciones. Mientras ellos juegan al Risk, repartiéndose e invadiendo terrenos, nosotros lo hacemos a un juego bien distinto, que es el de compartir territorios y espacios entre las vecinas y vecinos.

Pero para esa implantación necesitamos buscar confluencias que nos permitan alcanzar todos y cada uno de los rincones de nuestra comunidad para garantizar un cambio real, el que venimos proclamando desde el 2005, mucho antes de que nadie se erigiera en alternativa de cambio.

Nuestro cambio consiste en desandar lo andado en un camino equivocado. Consiste en hablar de decrecimiento cuando todo el mundo lo hace de globalización y crecimiento. Consiste en hablar de pueblos cuando otros hablan de un nuevo éxodo a las ciudades o de centralización y agrupación de territorios.

Porque si hay algo importante en nuestra región son sus pueblos. Esas 388 localidades que necesitan un impulso para recuperar su población o, en el peor de los casos fijarla.

Por ello tenemos que trabajar en la educación, haciendo ver a nuestros niños y niñas que en sus pueblos hay futuro, pero eso es imposible si cada día los montamos en un autobús a hacer decenas de kilómetros para acudir a sus centros escolares.

Tenemos que trabajar en arraigo, y quitarnos de una vez esa espina de la Extremadura saqueada. Tenemos que trabajar en soberanía popular de nuestros recursos naturales, y saberlos sacar el provecho que merecen, con plantas de transformación en el propio territorio, con una ley de artesanía alimentaria que permita a los y las pequeñas agrigultoras y ganaderas comercializar sus productos.

Es un trabajo arduo, pero con la ayuda de todas y todos y con vuestra confianza conseguiremos que el modelo Carcaboso se convierta en el modelo Extremadura y, lejos de esa Galia casi utópica que casi es ahora mi pueblo, todo sea una realidad pujante a imitar por otras comunidades.