Muchas gracias por tu pregunta, Rosa. Decía un conocido político español que para el ejercicio de la política se requieren dos cosas: la primera, convicciones profundas. Es decir, ideología. Y la segunda, un mínimo de destreza en el oficio de la gestión de los intereses públicos. 

Cuando un ciudadano accede al ejercicio de responsabilidades públicas y no cuenta con experiencia previa, seguro que cuenta con compañeros de formación política, de equipo, que sí la tienen. En la mayoría de los casos -y es aconsejable- los equipos son decisivos en la formación de un dirigente político y en la formación de las decisiones que se adoptan. 

La experiencia en la gestión de lo público se adquiere con el tiempo y, aunque esto parece una obviedad, precisará siempre de aplicar una gran dosis de sentido común y de serenidad a la hora de decidir.

Por tanto, estas cuestiones previas, la pertenencia a un equipo fuerte y bien estructurado, capaz, la ideología -recordando que el político es un servidor público- y el "oficio" son fundamentales. Después, la experiencia va marcando una forma de hacer y de entender la política.

Toda trayectoria tiene un inicio. Si está bien fundamentada, la trayectoria será buena.

Espero haber respondido a tu respuesta, Rosa, y te agradezco de nuevo que me hayas dado la oportunidad de responderte. Gracias.