La formación y educación vial ha de considerarse como un proceso educativo integral y permanente con el propósito de formar a todos los ciudadanos para el uso adecuado y responsable de la red viaria indistintamente del medio de transporte que utilicen para desplazarse por la vía pública.

En estos momentos en la Subcomisión creada en el seno de la Comisión de Educación y Deportes del Congreso de los Diputados estamos trabajando intensamente en el diagnóstico para alcanzar el gran pacto de Estado Social y Político por la Educación. Esperamos que los socialistas vuelvan a la Subcomisión y podamos alcanzar un importantísimo acuerdo que debería seguir contemplando la educación vial, si cabe con mayor intensidad, en la normativa educativa.

Pero la educación vial es tarea responsable de toda Comunidad Educativa y no sólo de la administración competente. Todo el centro educativo debe implicarse, motivarse y colaborar, los profesores, los padres y madres, y los posibles agentes colaboradores externos en la implementación de programas específicos en materia de Educación Vial.

Una de las competencias que desarrolla la Dirección General de Tráfico de forma continuada, con el fin de multiplicar efectos y marcar pautas comunes para eficacia y eficiencia de la acción, es formar incial y permanentemente a los Coordinadores, los Profesores y los agentes educadores que con mayor frecuencia contribuyen en la mejora de la Educación Vial en los diferentes centros educativos.