En primer lugar, tiene la responsabilidad que le otorga el artículo 44 de la Constitución, que no solamente enuncia el derecho a la cultura que a todos nos corresponde sino que además establece que los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la misma. 

Sin duda alguna, el Estado tiene un papel esencial en relación con la cultura. El problema es que dicha relación es tan simbiótica que los recortes en la materia y las políticas que no la ignoran producen verdaderos estragos en ella. Naturalmente, la creación de cultura es algo propio de la esfera particular o privada en la mayoría de los casos, pero como valor esencial de nuestra sociedad el Estado tiene el deber de protegerla y establecer las condiciones adecuadas para su fomento, introducir estímulos.

La modificación del IVA del sector cultural, la desaparición del Ministerio de Cultura y los recortes asestados en las CCAA y los PGE la han dañado enormemente. Es precioso restablecer el IVA al 8% para todos los productos culturales y promocionar más ayudas y subvenciones para que las cosas vuelvan, al menos a como eran antes de la llegada del Partido Popular a los gobiernos.