El botellón genera un problema de convivencia por las molestias a vecinos y vecinas que tienen derecho al descanso y a tener calidad de vida.

En esto se demuestra la ineficacia y la falta de voluntad del PP para arreglarlo. El ayuntamiento tiene una concejalía de juventud que no es capaz de proponer medidas de ocio alternativo a los jóvenes que practican el botellón.

Pero además, el PP tampoco es capaz de hacer que se cumplan las ordenanzas, ya que la policía local muchas veces carece de los medios necesarios para controlar los excesos; también se tendrían que incrementar las acciones para evitar que las sanciones desciendan.

Los vecinos y vecinas tienen unos derechos por los que el ayuntamiento tiene que velar que se cumplan.