Egun on Martin,

Si he de serte sincero, mi primera opinión cuando me enteré de la elección a través de los medios de comunicación fue de desacuerdo, ya que no entendía que un evento de la importancia de Donostia 2016, donde el euskera y la cultura euskaldun han de tener una centralidad incuestionable, pudiera dirigirse correctamente por una persona que no sabía euskera, sin poner en duda en ningún momento la profesionalidad de la persona elegida.

Sin conocer en profundidad el proceso de selección, quizá el error se encuentre, como en tantas otras ocasiones pasa, en los requerimientos que para presentarse al concurso se solicitan, donde el euskera se puntúa como un valor añadido y no como un requisito indispensable.

Siendo este un caso importante, creo que tenemos que ir a la raíz de la cuestión, porque mientras la política para los criterios de selección no se modifique, estos errores se volverán a cometer.

Agur bat,

Pello.