Nunca he hecho alarde ni tampoco he ocultado mi relación con la Prelatura Opus Dei de la Iglesia Católica, como tampoco he hecho alarde ni he ocultado que soy del Atheltic o que pertenezco a la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, o a otras organizaciones deportivas, culturales y ONGs. Todas esas actividades pertenecen a opciones libres de cada persona en diferentes ámbitos -espiritual o religioso, deportivo, cultural, social, etc.- que podríamos llamar horizontales pues no se identifican con ideologías u opciones políticas concretas. Yo, como cualquier cristiano o católico, ejerzo mi libertad optando por una ideología y organización política concreta -en mi caso en un partido político abertzale y socialdemócrata- sin admitir ningún tipo de interferencias, que por cierto nunca se han dado. Tanto en el ámbito político se ha respetado mi ámbito de fe, como en el ámbito eclesial y en concreto en el de la Prelatura se ha respetado mi ámbito de actuación política.

En todas las entidades, organizaciones, asociaciones culturales, ONGs etc., de las que he formado parte o participado, he defendido que al margen de quienes desarrollan labores de voluntariado, las personas que desarrollan un trabajo profesional tienen que ver respetados sus derechos laborales y por tanto deben tener contrato legal y cumplir con todos los requisitos legales de cotización etc. Y no me consta que en ninguna de ellas no sea esto así.