Es triste: legislar en el primer mundo nunca ha impedido la explotación en otros países
Esto se responde con un ejemplo que todas y todos conocemos bien: la situación del textil en España podemos decir que está regulada (con todas las comillas que dos reformas laborales demoledoras nos han dejado) y esto no evita que a las niñas y mujeres de la India se las explote por empresas, españolas además.
No creo por ello que se derive ninguna garantía preservando en el primer mundo unos derechos que se vulneran sistemáticamente en otros países.
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Batu zaitez Osoigora