Tengo la fortuna de haber realizado el servicio militar cuando era obligatorio... Aun mayor poque la realicé con mi carrera terminada, con 24 años cumplidos, y suponiendo un verdadero parón en mi carrera profesional. Por ello pedí, a cambio de poder elegir la fecha de mi incirpración, puestos voluntarios en unidades de combate.

M experiencia personal - de la que pude haberme "librado" perfectamente dado que en el 1994 ya era más fácil evitarla que realizarla, me permitió realizar una reflexión sobre su utilidad y los problemas que tenía aqué modelo.

En mi caso me sirvió para conocer, como universitario de gran ciudad, toda una variedad de personas de todo tipo de extracciones, origenes y formaciones en las que pude encontrar afinidades y grandes diferencias. Todos aprendimos a convivir y a trabajar juntos en un ambiente duro para todos, pero absolutamente igualitario y justo.  Tuve la fortuna de servir en un cuerpo más "activo" - Infanteria de Marina, Tercio de Armada-  que la media de oficina o cuarteles donde me consta otros compatriotas sentían menos útil su actividad.  De mis meses de formación de combate, de servicio y actividad constante solo puedo recordar aquellos días con cariño. Y en mi actividad profesional el conocer mejor lo que sentían otras personas muy diferentes a mi, me ha aportado un valor que otros muchos profesionales de mi generación, sencillamente, no tienen. Y puedo decir con orgullo que durante aquellos meses y luego en mi periodo de reserva, me sentía útil y capaz de realizar las tareas de mi experiencia militar. 

Con respecto a la obligatoriedad y su recuperación.   Considero que la ciudadanía no debe ser algo con lo que se "nazca", o que se obtenga por el mero hecho de pagar impuestos.  Creo además - ahora ya como padre de 4 hijos- que ese transito de la infancia a la madurez ciudadana debería contar con algún elemento que sirviera para conocer, apoyar y ser parte del todo común.   No ncesesariamente, ni exclusivamente militar.  Pero un proceso  de encuentro con el resto de la población, y con el conjunto de la nación. Para compartir y entender lo que somos y la entidad común a la que aportamos. 

Con respecto a la obligatoriedad podrían habilitarse fórmulas - como existen en númerosos países - que permitieran que quienes participaran de un servicio militar o civil de estas características, de forma voluntaria, tuvieran ventajas o "puntos" de cara a futuras carreras o actividades relacionadas con la Administración, incluso temas fiscales. Tener ciudadanos comprometidos con una nación y sus valores es un activo que debe agradecerse.  Estoy convencido de que nos sorprenderiamos de la cantidad de jóvenes que, voluntariamente, realizarian estas actividades. Además deberían establecerse los diseños de esto servicios de la mano de los profesionales de las Fuerzas Armadas y la sociedad civil para integrar estas actividades de forma eficaz con su tarea profesional.